compraron una vivienda que tenía 20-25 años en la zona de Sopela que les gustaba. La distribución, sobretodo el hall y el pasillo ocupaban gran parte de la vivienda. Y las paredes inclinadas en cocina, salón, habitación y baño generaban espacios un tanto extraños. Finalmente para mejorar la distribución se apostó por ganar parte del pasillo al salón, abrir la cocina y ampliar los baños un poco. La tarima de kumaru se reparó y se barnizó en mate cambiando totalmente la apariencia.